Contamos con un equipo de profesionales de gran calidad humana que, junto a su preparación docente, aportan al centro una dilatada experiencia y un profundo respeto hacia la infancia.

El bien del niño ha de ser y es, siempre, nuestro objetivo máximo, pero para conseguirlo consideramos necesario que todos los profesionales que componen nuestro equipo, indistintamente de su lugar de acción, se sientan reconocidos y respetados.

Nuestros profesionales prestan a los niños una enseñanza global, siendo conscientes de que el cariño, el esfuerzo, la responsabilidad y el respeto son el secreto para educar a los más pequeños. Apostamos por crear relaciones afectivas con nuestros niños: posibilitar que se “adueñen” de nosotros; ponernos a su altura; saber abrazar, calmar y consolar; escuchar y buscar sus miradas; sonreír. En definitiva: dejarles “ser” y poder “ser” nosotros con ellos. Estas y no otras, son las claves para que nuestros niños se puedan desarrollar plenamente en todos los ámbitos de su vida.